lunedì 23 agosto 2010

Bolivianos en Italia también celebraron Urkupiña


Texto enviado por Tatiana Chavez

BÉRGAMO |Pese a que agosto es uno de los meses de mayor demanda de trabajadores en Italia y a poco tiempo de haber concluido uno de los procesos más grandes de regularización de inmigrantes clandestinos en Italia, este domingo 15 una gran cantidad de ciudadanos bolivianos llegaron hasta el altar de la imagen de la Virgen de Urkupiña, pidiendo solución a estos dos problemas que por años arrastran miles de familias.

Doce fraternidades, ritmos del Tinku, Caporales, Morenada entre otros, un circuito extenso por el centro histórico de Bérgamo, cinco imágenes de la virgen de Urkupiña, velas religiosas, incienso, flores y miles de espectadores - entre bolivianos, latinoamericanos e italianos – fueron los elementos de esta festividad.

Más de un cochabambino aseguró que solo faltaban las piedras del cerro de Cota para que sea la fiesta gemela de Quillacollo, “hasta los comerciantes informales de comida y bebidas estuvieron presentes”.

"Virgencita, por favor dame el permiso de Soggiorno, para salir de la clandestinidad y dejar de tener miedo a la policía y reclamar mis derechos como trabajador”, es el deseo que Gustavo Velarde, cochabambino de 27 años le pidió a la Virgen de Urkupiña, a tiempo de explicar que por más de 4 años no consigue la legalidad en Europa y ahora pone todas sus esperanzas en la Virgen para resolver sus trámites iniciados en la última Regularización de Inmigrantes.

Velarde trabaja como casi todos los bolivianos en Italia en el más peligroso de los oficios, la impermeabilización de techos. La paga horaria no llega al salario mínimo italiano y lo peor es que no tiene seguro de salud, ni para él ni para sus dos hijos.

Junto a su esposa Libia Bustamante - también clandestina en Europa-, pidieron de rodillas que se cumpla su deseo.

“El año pasado, me hice devota de la virgencita de Urkupiña, ya que por mucho tiempo no tenía trabajo. Sorpresivamente un mes después de Urkupiña, se presentó un puesto laboral. Por eso, este año bailo con alegría por la virgencita”, contó Nohelia Mejía, una de las figuras del nuevo grupo de Caporales Kimsa, fundado esta gestión.

Su esposo, Giordano Urdaneta, de nacionalidad venezolana, es uno de los tantos extranjeros cautivados por la devoción a la Virgen de Urkupiña. “Yo antes no creía, pero después que le concedió el trabajo a mi esposa, decidimos agradecerle siendo pasantes de recuerdos para este año", aseguró. "Le pedimos también nos conceda salud y bienestar para la familia y toda la comunidad latinoamericana”.

“Después de la Misa, los bolivianos también profesan su fe en la danza, demostrando también la riqueza cultural al público italiano y en este año se observa una espacial unión de bolivianos de diferentes partes de Italia. El mensaje de este año es aprender de la Virgen María para ser discípulos de Dios”, explicó en un español casi perfecto, el padre Mario Marosi, responsable de la parroquia Santa Rosa de Lima, mientras repartía bendiciones con agua bendecida a los cientos de bailarines que de rodillas llegaban al altar de la Virgen.

“Pido para los inmigrantes bolivianos la Bendicion de Dios y fortaleza espiritual para ellos y sus familias y que una vez logrados sus objetivos económicos, puedan retornar a Bolivia” fue el deseo del embajador de Bolivia en Italia, Elmer Catarina, en la fiesta de Urkupiña. Como invitado especial, participó en la Tarqueada Madre Tierra, mientras que su esposa Jimena Arias, bailo la Morenada.

La fiesta fue organizada por la Directiva de la comunidad boliviana, compuesta por el consulado de Bolivia en Bérgamo, la Parroquia Santa Rosa de Lima, La Embajada de Bolivia en Italia y Asociaciones folklóricas, deportivas y empresariales; los danzarines llegaron desde Milán, Génova y Turín.

Fuente: Los Tiempos (Cochabamba)

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